La crisis económica convirtió en producto de “lujo” a la higiene menstrual: los rebusques para que dure más

28 de mayo 2024 | TN
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Una encuesta reveló que a siete de cada diez les preocupa no poder pagarlos. El mal uso que puede generar inconvenientes.

El 28 de mayo se conmemora el Día de la Higiene Menstrual que pretende concientizar acerca de la gestión menstrual deficiente y mostrar a la  menstruación sin tabúes, es decir, como un ciclo biológico de las mujeres y aquellos que tengan capacidad de gestar.

La higiene menstrual implica un presupuesto mensual cada vez más elevado, que no está contemplado en las canastas básicas y, a su vez, profundiza las desigualdades en los sectores más vulnerables.

Un estudio de la consultora Voices! reflejó que el 8 de cada 10 mujeres menstruantes encuestadas señalaron que estos productos son “muy caros” o “caros”. Por estos días, el pack de 16 unidades de toallitas femeninas de primera marca alcanza hoy los $6400 mientras las más económicas se pueden encontrar desde los $3000. En el caso de los tampones, se venden desde $3500.

Una de las encuestadas señaló que “a veces se priva de comprar otras cosas” y que prefiere utilizar más tiempo del recomendado el apósito descartable para no dejar a su hija “sin toallitas”.

Un informe realizado en 2021 por la ex Secretaría de Políticas de Igualdad y Diversidad afirmó que son más de 12 millones de personas las que menstrúan. A pesar de tratarse de productos de primera necesidad, su acceso se encuentra condicionado por las posibilidades económicas.

Según el sondeo de la consultora, el 66% se ven limitadas en sus elecciones de toallitas, tampones, copitas por presupuesto. Ante el encarecimiento de los productos de gestión mensual, 6 de cada 10 optó por cambiar a marcas más económicas.

La falta de acceso a la gestión menstrual en la Argentina

La  gestión menstrual es un gasto inevitable para las mujeres y las personas con capacidad de gestar. Sin embargo, implica un presupuesto mensual cada vez más elevado y profundiza las desigualdades en los sectores más vulnerables.

Ante el encarecimiento de los productos de higiene menstrual, el estudio de la consultora Voices! mostró que un 18% de las mujeres encuestadas utilizan las toallitas femeninas o tampones mayor tiempo del recomendado y otro 10% usa productos caseros como algodón o paños de tela, ambos hábitos son peligrosos para la salud.

“A la hora de vender los productos necesarios deberían de tener un precio accesible o distribuirse de forma gratuita en todos los centros de salud por mes, ya que es algo propio del cuerpo humano y debe ser atendido sin ningún tipo de impedimento, siendo así que no es una enfermedad o algo con lo que nosotras decidimos nacer. Personas en situaciones más vulnerables no pueden acceder a esos ‘privilegios’”, respondió una de las encuestadas.

En ese sentido, el 34% afirmó estar preocupada por no poder pagar los productos de la canasta menstrual.

Por qué se celebra el Día de la Higiene Menstrual

El Día de la Higiene Menstrual se celebra cada 28 de mayo desde 2014 con el objetivo de concientizar sobre la gestión menstrual deficiente y modificar percepciones negativas o estigmas en torno a la menstruación.

La fecha elegida tiene un significado: los ciclos menstruales tienen en promedio una duración de 28 días y de cinco días al mes. Al ser mayo es el quinto mes del calendario: da como resultado “28/5″.

En la Argentina, no existen políticas públicas nacionales que garanticen el acceso a los productos, especialmente, a los sectores vulnerables. En ese sentido, la menstruación, que sigue generando tabúes y estigmas en la sociedad, puede a veces ser un limitante para las adolescentes que no tienen cómo proveerse de elementos para su higiene y las llevan a faltar a clases o a sus trabajos.

Mientras que Colombia fue el primer país de América Latina en eliminar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) para los tampones y toallitas para facilitar el acceso de la población. En Europa, Escocia comenzó en 2018 a otorgar de manera gratuita los insumos menstruales en escuelas y universidades para reducir el abandono de las aulas durante el ciclo menstrual. A esta iniciativa, también se sumó Nueva Zelanda.