“La ayuda es inédita”: ¿por qué el desastre en Bahía Blanca despertó una solidaridad sin precedentes?

13 de marzo 2025 | La Nación
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“La ayuda es inédita”, “No tiene precedentes”, “Es monumental”, “Emociona y da esperanzas”. Con esas palabras, diferentes organizaciones y referentes califican la ayuda solidaria que despertó en todo el país la tragedia que viven miles de familias de Bahía Blanca afectadas por la  inundación ocasionada por la inusual tormenta, el viernes pasado.

Trenes, aviones y decenas de camiones cargados con toneladas de ropa, calzado, artículos de limpieza y alimentos no perecederos tienen como destino la ciudad que sufrió, hasta el momento, la muerte de 16 vecinos, la desaparición de una decena de personas, miles de evacuados y la destrucción de viviendas, comercios y escuelas. En ese cuadro de situación, se ven truncadas cientos de vidas, de niños y adultos, que no saben cómo ni cuándo se recuperarán de la tragedia.

“Tenemos la sensación de que en el caso de Bahía Blanca la capacidad de respuesta de la gente para ayudar es inédita por lo contundente e inmediata”, explica a LA NACION Martín Giovio, titular de Red Solidaria, que articula con Cáritas y canaliza las donaciones a través de AFA y diferentes clubes de fútbol.

Solo en AFA, explican desde esa organización, hay 16 camiones llenos de donaciones que partirán hacia Bahía Blanca. Solo desde River salieron ya 8 camiones y se están preparando cuatro más, para unas 5400 personas y unas 1100 familias, explicó Giovio. En clubes como Lanús se está organizando la  recepción de donaciones por artículos y días de la semana ante la gran cantidad de ayuda que reciben.

Desde Cáritas también hablan de “la solidaridad inmediata de la sociedad argentina”, tanto para enviar insumos como donaciones de dinero. “Enviamos fondos de manera preventiva para acompañar las primeras necesidades. Con el pasar de los días y el despliegue de una campaña activa de recaudación, seguimos enviando aportes económicos para adquirir bienes priorizados”, explicaron a este medio. Al respecto, destacan los aportes monetarios tanto de donantes individuales como de empresas.

Desde la Cruz Roja informaron que con el dinero recaudado se adquirieron kits de limpieza y aseo personal, frazadas y alimentos y que para su distribución se coordinaron tres vuelos de ayuda humanitaria junto con Enrique Piñeyro, de los cuales ya llegó uno a la ciudad de Bahía Blanca.

Gran parte de la ayuda que recibieron los barrios más vulnerables de Bahía Blanca, llegó desde los 200 Hogares de Cristo que están ubicados en barrios populares de todo el país, cuenta Andoni Freije, coordinador del Hogar de Cristo de Bahía Blanca. Freije valora la ayuda del municipio para distribuir los recursos que también se juntaron en clubes de fútbol, empresas, instituciones y organizaciones.

“La ayuda a Bahía Blanca es monstruosa”, dice Pablo Pérez, referente de La Plata Solidaria, organización sin fines de lucro que recibe y está ayudando a articular las donaciones en la capital provincial.

Pérez dice que los platenses saben de qué se trata el ser arrasado por el agua y habla de  ese 2 de abril de 2013, cuando las lluvias torrenciales ocasionaron una inundación que causó la muerte de al menos 89 personas, afectó a 190.000 vecinos y dejó bajo el agua gran parte de la ciudad.

“Nos tocó de cerca, lo vivimos y sabemos de qué se trata. Cuando nos tocó a nosotros la ayuda de todo el país fue conmovedora. Ahora también, pero veo que la respuesta es mayor. Ya salieron micros, un tren y el sábado hay una colecta en plaza Moreno de unos vecinos que se juntaron para organizarla”, cuenta.

Manuel Lozano, de Fundación Sí,  grabó un video en el que llama a que la gente siga colaborando, pero agradece el aluvión de donaciones que ya recibieron: “Sumamos más de 350 millones, que para que se den una idea nos puede permitir equipar a 280 familias con 1 heladera, 1 mesa, 4 sillas, 4 camas y 2 placares”.

Ayuda solidaria récord

Una mujer pide ayuda grabándose con su celular. En realidad, grita para ganarle al sonido de la lluvia que pega contra el techo de chapa que tiene sobre su cabeza. En realidad, que roza su cabeza, porque ella, como el resto de su familia que se ve por detrás, se encuentra sobre el cielo raso de su casa, que fue tomada por el agua. Dice que hay muchos vecinos como ella y asoma el celular a la calle: distribuidos en un mar marrón, se ven solo techos y terrazas. Y allí, adultos y niños expuestos a la lluvia, esperando algo.

Esas imágenes que se viralizaron en las redes sociales es el ejemplo que dan desde Red Solidaria para tratar de explicar por qué esta vez la ayuda parece monumental con respecto a otras tragedias. La inmediatez de las redes sociales acelera la respuesta de la gente porque no da para sospechar.

“Es una persona que está mostrando lo que sufre, y otra que contesta, que da una mano. Emociona y da esperanzas porque cuando hay tanta división en la sociedad, basta que pase una tragedia para salir juntos adelante”, expresaron desde la organización.

En 30 años de historia, en Red Solidaria cuentan 91 campañas de ayuda. Reconocen que las más importantes fueron por las inundaciones de La Plata (2013); Santa Fe ( abril de 2003) y Comodoro Rivadavia (abril de 2017). Mientras que las que hicieron ante los terremotos de Chile y Haití (2010) también resultaron muy convocantes. “Es muy pronto para cuantificar la ayuda, porque estamos en pleno trabajo, pero tenemos la sensación de que en el caso de Bahía Blanca es récord. Es un momento único que superaría las campañas de Santa Fe y La Plata”, señalan desde Red Solidaria.

Algo que también destacan es que la comunidad se organiza sola para ayudar: “Vecinos, las escuelas, los clubes de barrio, todos ponen su parte para hacer colectas y enviar las donaciones a través de organizaciones”.

Desde Fundación Sí, una de las voluntarias, María de Jesús Espil, explica que lo que ocurrió en Bahía Blanca les recuerda lo sucedido en La Plata, ya que agarró por sorpresa a los vecinos de toda la ciudad. Dice que por el momento la respuesta de las personas es igual de contundente y señala que “la cobertura de los medios, sumada a la hiperconectividad, hace que lo que ocurrió esté muy presente” por lo que reciben “constantemente llamados de personas que preguntan cómo colaborar”.

Por su parte, Cáritas explica que los medios, al mostrar el desastre que viven los bahienses, ayudaron mucho en el impacto en el espíritu solidario de los argentinos, “que siempre tienden a dar una mano en las situaciones de desastre”.

Por su parte, Pérez advierte: “A veces los argentinos somos una sociedad tan encrispada, hay tantas divisiones. Pero por otro lado, somos una sociedad que cuando pasan estas tragedias, se las carga al hombro para ayudar”. Luego, aclara que su intención no es hacer una valoración política y analiza: “Mientras las personas siempre están, el Estado en estas situaciones siempre ha fallado. Habrá que ver qué pasa en Bahia”.

Pérez prefiere valorar la respuesta de la sociedad: “A veces se escucha mucho el ruido de los que se insultan y se pelean, pero la mayoría de los argentinos no es así. Ahora lo que sí hace ruido es el corazón de todos los que están ayudando a Bahía. Esa gente es la que vale”.

“A los analistas de estos temas no nos sorprende esta respuesta de los argentinos. Tradicionalmente hemos tenido un músculo que reacciona muy rápido y con mucha fortaleza cuando hay un evento negativo extraordinario como pueden ser inundaciones o incendios. Esto es parte de nuestra idiosincrasia”, asegura Constanza Cilley, directora de la consultora Voices, que todos los años  mide la cultura solidaria en el país. Un  reporte de 2024, por ejemplo, dio cuenta que tres de cada 10 argentinos donaron a lo largo del último año dinero o servicios a alguna organización de la sociedad civil, la cifra más alta desde la pandemia.

Para Cilley, hay un aspecto en este tipo de tragedias que interpela fuertemente a la sociedad: “Otro punto que hace que la gente se movilice es el hecho de que es algo que le pasa al ciudadano común. O sea, se refuerza la idea de ‘a mí también me puede pasar’ y ´también necesitaría ayuda”.

Debido a la magnitud de los destrozos en los barrios, los vecinos de Bahía Blanca aún necesitan mucho. Desde la Cruz Roja aseguran que en los próximos seis meses se seguirá trabajando con las familias damnificadas.

Desde Fundación Sí, Espil explica que ya se encara lo que es la segunda etapa de su campaña solidaria, luego de acompañar lo urgente. “Lo que se viene en las próximas semanas y meses, con mucha intensidad, es el acompañamiento de las personas a sus casas. Va a ser cuando vean que no tiene su cocina, sus cosas los acompañaremos en el re equipamiento”.