Expectativas para el año venidero, cumplido los 40 años de democracia
El 42% de los argentinos se siente optimista y esperanzado en el 2024.
Lo primero que quisiera resaltar es que, una vez más, hubo en la Argentina elecciones periódicas, libres, limpias y con alternancia en el poder. Y este año luego de una campaña tremendamente hostil utilizando todos los recursos de la tecnología moderna y del Estado.
El balotage arrojó un rotundo triunfo de Javier Milei (11% de diferencia) a lo largo y a lo ancho del país. Unión por la Patria solo lo superó en votos en Buenos Aires (por estrecho margen), en el Chaco, Santiago del Estero y Formosa. El voto a Milei atravesó todos los sectores pero fueron sobre todo los más jóvenes (70%) y también los hombres, los sectores medios, de la Capital Federal y el Interior del país quienes más lo acompañaron.
Interesa destacar que, contrariamente a lo que se esperaba, prácticamente no hubo voto en blanco en esta elección (1,5%) y la participación fue prácticamente la misma que en las Generales (76,4 %) aun en un día feriado de fin de semana largo. Todos estos muy buenos signos para nuestra democracia.
Fundamentalmente se votó por un cambio. Siete de cada diez argentinos sostienen que el país necesita un cambio profundo. Es que desde la vuelta a la democracia encontramos los mismos problemas que tienden a reiterarse y agravarse sin solucionarse: inflación, inseguridad, corrupción. Y Milei además de canalizar el voto bronca contra la dirigencia política aparecía en las encuestas como el más capaz de resolver estos problemas.
Si observamos los últimos datos del Latinobarómetro 2023 vemos que la Argentina es el país de la región, entre los 17 medidos, que más reclama la necesidad de cambios profundos, los más críticos de la situación económica, y quienes más manifiestan estar peor que hace unos años. Así se encontraban argentinos en el momento de la elección. Vieron en Milei la posibilidad de un cambio verdadero y esto es lo que dio fuerza al candidato, incluso más importante que no acordar con todas las propuestas. Este giro refleja el cansancio con la clase política y un deseo de propuestas más radicales.
Hace pocos días que el nuevo Presidente asumió y está gobernando el país. Existe una gran incertidumbre por la dimensión de los problemas que el país debe enfrentar pero también una mayor esperanza. ¿Qué esperan los ciudadanos para 2024?
Desde 1982 realizamos un sondeo anual de fin de año entre la población adulta argentina para indagar acerca de las expectativas en relación al año venidero en lo personal y en lo económico. La última encuesta se realizó en la primera semana de diciembre ya con un nuevo Presidente electo y cumpliendo los 40 años de democracia. Este estudio de Voices, representativo a nivel nacional en base a 1035 encuestas, encuentra a los argentinos optimistas y esperanzados con un 42% que piensa que 2024 será un mejor año, mientras un 24% considera que será peor, un 16% igual y un 18% no sabe. Al analizar la comparación con el año pasado observamos un aumento significativo de las expectativas positivas: a fines de 2022 solo un 25% creía que la situación mejoraría y ahora un 42 % sostienen que el año será mejor. Interesa destacar que se detecta una actitud más optimista entre las jóvenes, las mujeres, en el Interior del país y entre los votantes de La Libertad Avanza.
Aun así, al referirnos específicamente al futuro del país en el plano económico predominan las respuestas pesimistas con 51% de argentinos que vaticina que será un año de problemas económicos (vs. 50% el año anterior) mientras un 29% confía en una mejoría (19% en año anterior) y un 12% no espera cambios . Si bien mejoran en algo las perspectivas económicas para 2024 no hay optimismo en este plano en el corto plazo y todos los sectores sociales prevén momentos económicos difíciles. La misma encuesta indica que 8 de cada 10 argentinos manifiestan que tiene dificultades para llegar a fin de mes ,y que un 62% redujo sus gastos y otro 25 % planea hacerlo.
Un dato a resaltar es que entre los votantes de Milei hay conciencia de la complejidad de la situación y no tienen altas expectativas de progreso económico inmediato. Piensan que llevará tiempo y se manifiestan dispuestos a soportar momentos difíciles con la creencia y esperanza de que luego comience un periodo de crecimiento en el país. Entre quienes votaron por la oposición la situación es distinta y hay mucho temor a perder derechos tanto económicos como sociales.
Es por ello que es especialmente importante atender las necesidades de un creciente sector de alta vulnerabilidad frente a una situación económica que en los próximos meses será extremadamente difícil. Este es un tema que el nuevo gobierno necesita atender para que haya justicia y reine la paz. Se reclama orden pero también sensibilidad social.
La Argentina se encuentra frente a una nueva oportunidad en un escenario extremadamente complicado y desafiante. El Presidente cuenta hoy con el apoyo mayoritario de la población que lo votó sabiendo que aplicaría un plan de ajuste que requeriría de sacrificios.
El problema radica en que aun existiendo la voluntad en muchos, hay también sectores no dispuestos y otros que no tienen resto para soportarlo si no reciben ayuda. La principal preocupación es la inflación y fundamentalmente los productos y servicios que componen la canasta básica de los hogares. Este es el primer problema a resolver.
Se necesitará de un dialogo franco entre los distintos actores sociales y trabajar unidos para impulsar el progreso del país. La clase dirigente debe mirar no solo el corto sino el mediano plazo, tener el coraje de enfrentar los problemas y no patearlos para adelante como vinimos haciendo.
Hay una necesidad urgente de centrarse en resolver las cuestiones económicas, sociales y políticas más apremiantes, priorizando siempre el bienestar del país por encima de intereses particulares.