El 2024 se inicia con extrema preocupación por los desafíos económicos
Un estudio de Voices! consultó a 1043 argentinos sobre sus expectativas para el año que comienza, en particular sobre la actividad económica. Los resultados fueron muy interesantes.
"Escoba nueva barre bien, pero…" es un dicho popular que conforma un adecuado resumen de un reciente sondeo de las expectativas de los argentinos sobre como será el año que comienza. La consultora Voices! realizó —en el mes de diciembre— una amplia encuesta en la que entrevistó a 1035 hombres y mujeres de todo el país y les hizo variadas preguntas sobre como consideran que será el año 2024. El dato que resalta: más de la mitad, el 51%, de los argentinos consideran que será un período de “dificultades económicas”. A este segmento le sigue un 29% de entrevistados que se declara optimista y señala que “será un año de prosperidad económica”. Para el 12% “será igual” y el 8% está “indeciso”. O sea que para el 63% este año será igual o peor al 2023.
Estas cifras ubican a la Argentina en el puesto 11 entre los más preocupados del mundo por su situación económica venidera y es el país de América Latina con las expectativas económicas menos favorables. Ese ranking, a nivel global, lo encabeza Portugal donde el 63% de su población espera malas noticias económicas.
Volviendo a la Argentina, el grupo etario más preocupado por la situación económica que se viene es la franja de adulto de entre 50 y 64 años. En ese conjunto el 58% considera que nos esperan dificultades económicas. Un 55% de los mayores de 65 años opina lo mismo. En el otro extremo, son los más jóvenes los que se muestran menos preocupados: apenas el 44% de quienes tienen entre 18 y 28 años esperan malos tiempos en este rubro.
Por otra parte, el nivel educativo también marca diferencias: aquellos con estudios secundarios y superiores también se muestran más preocupados que los de nivel primario (55% y 44%, respectivamente). Y otro dato es que el que muestra esta expectativa de acuerdo al nivel socioeconómico de cada encuestado: los de nivel medio son los más pesimistas respecto a la situación económica año que viene (56% de menciones negativas vs. 47% en el nivel bajo y 45% en el nivel alto).
Pero también hay otra grieta clásica: los encuestadores detectaron mayor pesimismo entre los residentes de Caba y Gba que en el interior del país. Así el 65% de los encuestados residentes en la Capital y el 62% de los habitantes de Gran Buenos Aires señalan que el 2024 será un año de dificultad económica. En cambio, en el interior ese pesimismo cae hasta el 45%.
Optimismo contradictorio
También siguiendo lo que ocurre en las series históricas, cuando se da un cambio de gobierno, especialmente de signo político, las expectativas populares aumentan. Cuando los encuestadores repasaron cómo eran las expectativas generales de los argentinos respecto a este 2024, cuatro de cada diez encuestados (el 42%) aseveró confiar en que este período será mejor que el 2023. Son números interesantes porque el panorama indica un mejoramiento del optimismo y las expectativas generales en comparación con lo que ocurrió a finales del 2022, cuando apenas un 25% de los encuestados expresaba una visión esperanzadora para el futuro.
Finalmente, el 24% que se anticipa con la espera de un año “peor que el actual”, mientras que el 16% no espera cambios significativos y un 18% todavía no sabe que nos espera.
En la evaluación de lo que perciben los diferentes grupos sociodemográficos, destacan las mujeres argentinas con un mayor optimismo en comparación con los hombres (44% y 38% respectivamente).
En términos de edad, al igual que lo que pasa a nivel global, los jóvenes son los más optimistas, con un 46% que anticipa un futuro mejor, mientras que entre las personas mayores se encuentra la proporción más alta de pesimistas (30%), en contraste con el 24% del total de la población.
Al analizar los estratos socioeconómicos, el optimismo alcanza su cenit en el segmento alto y en el medio alto con un 53%. En lo que respecta a la distribución regional, se detectan expectativas más favorables en el Interior del país, con un 44%, en comparación con el 36% en el Gran Buenos Aires (GBA) y un 32% en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).