Desigualdad: las mamás siguen llevando el peso a la hora de afrontar las tareas de la escolaridad
Una investigación hecha por el Centro de Investigaciones Sociales de la UADE y la consultora de opinión pública Voices! revela que el peso de la carga relacionada con la educación familiar sigue cayendo, pese a los discursos sociales, sobre hombros femeninos. De 1100 encuestados surge que mantener la comunicación cotidiana con la escuela o preparar el uniforme siguen siendo una carga que asume la mujer. En este rubro es común que el hombre afirme que se encarga de más responsabilidades que lo que perciben las mujeres.
A horas de empezar las clases, padres y madres afrontan los últimos detalles para que los chicos empiecen un nuevo año escolar. Pero ¿padres y madres? Más bien, y pese a los cambios en el discurso social, las tareas de “soporte” educativo familiar parecen seguir siendo tarea de las madres, tal como señala la flamante encuesta “Las familias y la educación”, elaborada por el Centro de Investigaciones Sociales de la UADE, junto con el equipo de la consultora de opinión pública Voices!
Tras sistematizar las respuestas de casi 1100 entrevistas presenciales y online, de todos los niveles sociales, y de todo el país, la conclusión del estudio es simple: “Para la mayoría de las madres argentinas la vuelta al colegio implica ponerse la mochila sobre sus hombros. La de ellas no viene cargada de útiles sino de tareas relacionadas con la escolaridad, tareas asumidas casi en su totalidad por las mujeres”.
“Entre las conclusiones más llamativas figura el dato de que mantener la comunicación con la escuela, en el 91% de los casos, es tarea “materna”, mientras que solo en el 39% es el padre. Algo similar pasa con el apronte del delantal o uniforme: el 89% de los casos son las madres y solo en el 25% el papá”, le contó a PERFIL Mauricio Vázquez, docente de la UADE y coautor del informe elaborado por el Centro de Investigaciones Sociales.
Por otra parte, el famoso “chat de mamis” parece tener su nombre bien puesto: en el 89% de las respuestas surge que es la mujer la que participa y solo en el 26% es el hombre. Sin embargo, según Vázquez, que es consultor y experto en temáticas educativas, el uso de esta herramienta ha crecido de manera significativa desde 2015, cuando otra encuesta mostró un uso mucho menor. “Esto es algo reciente y les abre a los padres una oportunidad de participación en el mundo escolar”.
Esta misma diferencia se repite en temas como la preparación de la vianda, que en el 86% es tarea materna y solo en el 35%, paterna. Una de las pocas “actividades” donde las diferencias de género se acortan (pero no desaparecen) es la de llevar o traer a los hijos a la escuela y a otras a actividades extracurriculares. El trabajo indica que la asignación de responsabilidades está un poco más repartida. La madre es la indicada en un 73%, versus un 60% que refiere al padre como el encargado.
Disonancia. Uno de los puntos fuertes de esta investigación es lo que los investigadores llaman “disonancia” en la percepción de las tareas realizadas. “Es interesante el análisis por género en el momento de reconocer quién se ocupa de las distintas rutinas escolares porque hay una disonancia significativa, principalmente donde los encuestados dicen que es el padre quien se ocupa de determinada tarea”, le explicó a PERFIL Constanza Cilley, directora de Voices! Y agregó: “Los hombres mencionan que realizan más tareas ‘comunes’ de lo que piensan las mujeres. Por ejemplo, el 76% de los varones señala que el padre lleva a sus hijos a diversas actividades extracurriculares. Pero solo el 45% de las mujeres piensa de esa manera. Algo similar sucede con la ayuda escolar: el 64% de los hombres dice que el padre lo hace, mientras que entre las mujeres esta opinión baja al 32%”.
Algo similar se repite en las reuniones: el 66% de los hombres dice que el padre concurre, cifra que disminuye a la mitad en la percepción femenina. “En todas las actividades hay diferencias sustanciales (algunas triplican los porcentajes). O sea que los hombres parecen estar sobreestimando la responsabilidad que asumen. En cambio, en lo que respecta a las tareas que hacen las mujeres, hay coincidencia en lo que sostiene cada género”, dijo Cilley.
Según esta consultora, cuando se inició la pandemia parecía que –como efecto secundario– iba a darse la oportunidad para que el varón entendiera mejor el peso de las tareas hogareñas y educativas dentro de la estructura familiar. Y que esa circunstancia aceleraría los procesos de igualdad. “Pero todo indica que fue una ocasión perdida. O, incluso, un retroceso para las mujeres en todos los ámbitos, y también en las tareas relacionadas con la educación”.
Por Enrique Garabetyan