7 de cada 10 argentinos no saben cómo actuar ante un ACV: de síntomas clave a qué hacer
El Accidente Cerebrovascular (ACV), también conocido como derrame cerebral, es una de las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo. En Argentina, a pesar de la alta prevalencia de esta condición, un reciente relevamiento expone una preocupante realidad: la mayoría de los argentinos no sabría cómo actuar ante un ACV. Estos resultados, dados a conocer en el marco del Día Mundial del ACV el 29 de octubre, resaltan la necesidad de una mayor concientización y educación sobre este tipo de emergencia médica, en la que el tiempo es crucial.
El estudio reveló que solo 3 de cada 10 argentinos (32%) sabrían cómo proceder si alguien a su alrededor estuviese sufriendo un ACV.
Por el contrario, un 39% admitió que no sabría qué hacer, y un 29% expresó estar inseguro. Este desconocimiento es alarmante, ya que el tiempo es un factor determinante para reducir las secuelas de un ACV y mejorar las probabilidades de recuperación.
La encuesta, llevada a cabo por la consultora Voices, incluyó a más de 800 personas de entre 16 y 65 años, de diversas ciudades y regiones del país, como Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza y Tucumán.
A pesar de la falta de preparación, el ACV es un problema de salud cercano para muchos. El 64% de los encuestados aseguró conocer a alguien que ha sufrido un ACV, mientras que el 4% lo ha experimentado personalmente. Estas cifras reflejan la alta prevalencia de esta afección en el país y subrayan la importancia de que la población sepa cómo reconocer los síntomas y actuar rápidamente.
Importancia del tiempo en la atención del ACV
Uno de los aspectos más cruciales a la hora de enfrentar un Accidente Cerebrovascular es el tiempo de respuesta. Los especialistas coinciden en que las primeras 4 horas y media tras el inicio de los síntomas son determinantes para reducir las secuelas graves o potencialmente fatales.
El Dr. Pablo Ioli, neurólogo y vicepresidente de la Sociedad Neurológica Argentina, explicó: “Cuanto antes el individuo llegue a un centro hospitalario preparado para abordar el ACV, mayores serán las chances de tratar exitosamente el cuadro y evitar que deje secuelas o minimizarlas”. No obstante, el relevamiento muestra que 4 de cada 10 argentinos desconocen esta ventana de tiempo crítica, y en algunos grupos, esta cifra aumenta a 5 de cada 10.
El diagnóstico y tratamiento temprano puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, o entre una recuperación sin secuelas y una discapacidad severa. En los ACV isquémicos, donde el flujo sanguíneo se interrumpe por un coágulo, actuar rápidamente para destapar la arteria es fundamental. De igual manera, en los ACV hemorrágicos, detener el sangrado a tiempo puede salvar la vida del paciente y limitar el daño cerebral.
Reconocimiento de los síntomas del ACV
Uno de los mayores desafíos para la población es la capacidad de reconocer los síntomas de un ACV de forma rápida y precisa. Cuando se pidió a los encuestados que mencionaran los síntomas que conocían, las respuestas más comunes fueron parálisis o debilidad muscular (especialmente en un lado del cuerpo), seguidas de dificultades para hablar y dolor de cabeza intenso. A pesar de ello, el 25% de los encuestados no pudo identificar ninguno de estos síntomas, lo que revela una importante falta de conocimiento.
Los síntomas del ACV incluyen: entumecimiento o debilidad en la cara, brazo o pierna (particularmente en un lado del cuerpo), confusión, dificultad para hablar o comprender el habla, problemas para ver en uno o ambos ojos, dificultad para caminar, mareo, pérdida de equilibrio o coordinación, y un dolor de cabeza repentino y severo sin causa aparente. Reconocer estos signos es fundamental para activar los servicios de emergencia rápidamente y garantizar que la persona reciba atención médica adecuada.
“Es preocupante que 1 de cada 4 personas no haya podido mencionar siquiera un síntoma de ACV”, señala el Dr. Ioli, destacando la necesidad de seguir trabajando en la concientización pública.
Centros de atención y capacidad de respuesta ante un ACV
El estudio también reveló que existe una falta de consenso en la población sobre qué centros de salud están capacitados para tratar un ACV. Aunque 8 de cada 10 encuestados coincidieron en que cada minuto es clave para evitar secuelas permanentes, el 40% cree que cualquier centro de salud puede atender un ACV, mientras que el otro 40% opina lo contrario. Solo un 16% se manifestó en total desacuerdo con que cualquier centro esté capacitado para manejar adecuadamente este tipo de emergencia.
La Dra. Virginia Pujol Lereis, neuróloga y Subjefa del Servicio de Neurología Vascular de FLENI, explicó que si bien es vital que una persona sea trasladada de inmediato a un centro de salud, es preferible que este esté especialmente preparado para tratar un ACV.
Los centros que cuentan con equipamiento especializado, como tomógrafos y resonadores magnéticos, junto con personal entrenado para actuar dentro de las primeras horas, son los que pueden ofrecer una respuesta más eficaz. “Es imperativo que los servicios de emergencia conozcan y trasladen a los pacientes a los centros mejor equipados”, enfatizó la Dra. Pujol Lereis, añadiendo que la falta de equipamiento en algunos centros puede poner en riesgo la vida del paciente.
Este panorama refleja la necesidad de establecer protocolos estandarizados que permitan una derivación rápida y eficaz en casos de ACV, tanto en el sistema de salud pública como privada, asegurando que los pacientes reciban el tratamiento adecuado en el menor tiempo posible.
Preocupación por sufrir un ACV
El relevamiento también arrojó que el Accidente Cerebrovascular (ACV) es una preocupación significativa entre los argentinos. Según los datos, 8 de cada 10 encuestados manifestaron estar preocupados por la posibilidad de sufrir un ACV en algún momento de su vida, un temor que aumenta a medida que las personas envejecen.
Esta inquietud es particularmente notable en los mayores de 50 años y en aquellos que padecen condiciones de riesgo como la hipertensión, con niveles de preocupación que alcanzan el 92% entre quienes tienen este diagnóstico.
El ACV es percibido como una condición muy grave, con el 96% de los encuestados reconociendo su severidad. Sin embargo, a pesar de este alto nivel de conciencia sobre la seriedad del ACV, muchos argentinos aún creen que no es probable que ellos mismos sufran uno. Solo un 32% de los encuestados considera que es “muy” o “bastante probable” tener un ACV en algún momento, cifra que aumenta al 45% entre los mayores de 50 años. En contraste, el 50% de los encuestados considera que la posibilidad de sufrir un ACV es baja, mientras que un 7% cree que no hay riesgo en absoluto.
Prevención y factores de riesgo del ACV
A pesar de los temores asociados con el ACV, el estudio reveló una falta de claridad entre la población sobre las medidas preventivas que se pueden tomar para reducir el riesgo.
Aunque la mayoría de los encuestados (76%) cree que es posible prevenir un ACV mediante cambios en los hábitos de vida, un preocupante 35% de la población no está seguro de cómo hacerlo o cree que no es posible. Entre aquellos que identificaron posibles medidas preventivas, el 42% mencionó una alimentación equilibrada, mientras que un tercio señaló la importancia de realizar ejercicio físico regularmente. Sin embargo, la proporción de personas que destacó la importancia de realizar chequeos médicos regulares fue baja, con solo 2 de cada 10 mencionándolo.
Otro hallazgo importante fue que solo 1 de cada 10 encuestados mencionó la necesidad de evitar el consumo de alcohol, tabaco o drogas, o de controlar el estrés, factores que son claves en la prevención de un ACV.
La Dra. Virginia Pujol Lereis subrayó la importancia de concientizar sobre la prevención: “Es alarmante que los controles médicos estén desvalorizados, y que un 35% de la población crea que no se puede hacer nada o desconozca las conductas saludables que pueden ayudar a prevenir un ACV”.
La prevención del ACV depende en gran medida del control de los factores de riesgo, como la hipertensión, el colesterol elevado, el sobrepeso, el sedentarismo, la diabetes, el estrés y el tabaquismo. “Controlar estos factores es el pilar fundamental para reducir el riesgo no solo de ACV, sino de todas las enfermedades cardiovasculares”, explicó la Dra. Pujol Lereis.
De hecho, los especialistas estiman que si se lograran eliminar estos factores de riesgo, se podría evitar hasta el 80% de los casos de ACV, lo que pone en evidencia la importancia de la prevención activa en la salud pública.